SOBREMADERAS EN KAMBA CUÁ
Luego de la experiencia vivida en el viaje a Maringá, Pr (BRASIL) en el II CEPIAL, en una reunión de trabajo, Aldo Garay (investigador, videista y uno de los fundadores de Sobremaderas) propone la idea de empezar a pensar en la posibilidad de un proyecto relacionado con la Comunidad negra afro-descendiente en el Paraguay. En sus investigaciones sobre Candombe, Aldo se había encontrado con la información de la existencia de esta comunidad afro-paraguaya, descendientes de aquellos negros lanceros que acompañaron a Artigas hacia el exilio en el año 1820.
Entonces nos pusimos a elaborar una propuesta, contactando al agregado cultural de Paraguay en Montevideo, recibiendo en primera instancia un llamativo interés, cosa que nos motivó para seguir trabajando y volcar todas las ideas en un proyecto concreto. Luego de varias reuniones con el diplomático, vimos que el interés por la investigación cultural no era tal y decidimos abandonar ese contacto, por una cuestión de... salud mental. Paralelamente Dionel Scariato (otro de los fundadores de Sobremaderas) había conocido al paraguayo, Telmo Carrillo, que vivió en Uruguay mucho tiempo y que se interesó por la idea nuestra de llegar hasta la comunidad negra de Kamba Cuá. Nos contacta con la periodista Celsa Pereyra, redactora de Diario ABC COLOR de Asunción quien estaba en ese momento en Montevideo (principios de 1995), mostrándose muy interesada en el proyecto Sobremaderas en general.
Luego de varios meses y sin lograr ningún tipo de apoyo en Montevideo para seguir con el "Proyecto Kamba Cuá", surge la posibilidad, a instancias de Celsa Pereyra desde Paraguay, de viajar a Asunción para participar en el Festival del Lago Ypacaraí. Pero de Kamba Kuá ni una palabra... Esto fue en los primeros días de setiembre de 1995 y el viaje estaba prácticamente arreglado para la primer semana de ese mismo mes. Entonces en cuestión de una semana, conformamos el elenco de 15 integrantes, el repertorio, coordinamos los ensayos y el quinto día de setiembre estábamos viajando hacia Asunción del Paraguay para participar en la Vigésimo tercera edición del Festival del Lago Ypacaraí.
Viaje normal, el día 6 estábamos en la terminal de Asunción donde nos esperaba Celsa con el transporte listo para ir al Hotel. El "Hotel" resultó ser un Destacamento Militar en el centro mismo de Asunción. Muy curioso... De hecho nos trataron magníficamente bien, teníamos a nuestra disposición el salón de actos para ensayar, nuestros dormitorios independientes, comida, desayuno, todo absolutamente impecable. El trato principal era entre un militar de alto rango y el "oficial a cargo" de Sobremaderas (un servidor...) obviamente. Pero lo hacían con un humor y un respeto que nos hicieron sentir muy pero muy cómodos los tres días que estuvimos en sus instalaciones.
Los dos primeros días (6 y 7) fueron de contactos de prensa, paseos y ensayos. La actuación en el Festival de Ypacaraí estaba planeada para el 8 de setiembre a las 21:00 hrs. Apenas instalados, con Aldo y Dionel, en la primera oportunidad que tuvimos, le expresamos a Celsa nuestra intención de ir a la Comunidad negra de Kamba Cuá lo antes que pudiéramos. No se mostró muy convencida de la idea argumentando que no había tiempo y demás...
Llega el día de la actuación en el Festival y a eso de las 6 de la tarde más o menos subíamos al ómnibus que nos llevaría hasta allí. Encaro a Celsa con la firme intención nuestra de ir a Kamba Cuá, pues quedaba de pasada para el Lago Ypacaraí (dicho por ella misma). Se muestra absolutamente contraria argumentando que "era muy peligroso", que era "un barrio pobre", "marginal", que nos iba a agarrar la noche allí y que no podía garantizar nuestra seguridad. Apoyado fundamentalmente por Aldo y Dionel, noto que los demás se mostraban reticentes y apoyaban más a Celsa que al trío gestor de este viaje... en fin...El objetivo perseguido por nosotros tres era clarísimo: ir a Kamba Cuá a toda costa... y lo del Festival era una cuestión "de tramite" comparado con la empresa original. En definitiva hacemos caso omiso de los "consejos" de Celsa y le digo firmemente que teníamos que ir a Kamba Cuá sí o sí y que no había otra posibilidad. Queda protestando y murmurando... pero acata.En el camino trata de convencernos de que "entráramos en razón" y encuentra eco en el chofer quien se anota con comentarios: "que es una locura", "que es peligroso", que "no hay ni una luz", etc. A esa altura del viaje, ya casi llegando, el trabajito fino de Celsa y el chofer hacían eco también en muchos de nuestros compañeros que me venían a hablar para que siguiéramos de largo hacia Ypacaraí. Los que más nos conocíamos (Ruben Colman, Gabriel Pujol, Mauro Rodríguez) no se plegaron al ambiente provocado por "Celsa y Cia." y guardaban silencio respetuoso manteniendo la confianza hacia Aldo, Dionel y hacia mi sobretodo pues era el interlocutor con Celsa y el chofer. En determinado momento el ómnibus se desvía hacia la izquierda de la carretera y se adentra en la oscuridad, casi, más profunda. En ese sentido tenían razón, pero por suerte sólo en ese sentido...