KAMBA CUÁ
Esta comunidad es una de las siete comunidades negras que existen en el Paraguay. Ellas son: Tobati, Altos, Emboscada, Ita, Areguá, San Lorenzo y Kamba Kuá. Estos afroparaguayos son descendientes de aquellos lanceros que acompañaron al Gral. José Gervasio Artigas en su exilio al Paraguay. Corría septiembre del año 1820 y el Caudillo, derrotado y traicionado, decide refugiarse en Paraguay acompañado por este grupo de lanceros negros de alrededor de 200 (hombres y mujeres). Llegado al Paraguay, Artigas es recluído en el Convento de La Merced y los demás fueron distribuidos en varios pueblos. Algunos quedaron en los yerbatales de la Candelaria, otros fueron llevados a Kamba Cuá (a dos leguas de Asunción).

SOBREMADERAS EN KAMBA CUÁ
Luego de la experiencia vivida en el viaje a Maringá, Pr (BRASIL) en el II CEPIAL, en una reunión de trabajo, Aldo Garay (investigador, videista y uno de los fundadores de Sobremaderas) propone la idea de empezar a pensar en la posibilidad de un proyecto relacionado con la Comunidad negra afro-descendiente en el Paraguay. En sus investigaciones sobre Candombe, Aldo se había encontrado con la información de la existencia de esta comunidad afro-paraguaya, descendientes de aquellos negros lanceros que acompañaron a Artigas hacia el exilio en el año 1820.

Entonces nos pusimos a elaborar una propuesta, contactando al agregado cultural de Paraguay en Montevideo, recibiendo en primera instancia un llamativo interés, cosa que nos motivó para seguir trabajando y volcar todas las ideas en un proyecto concreto. Luego de varias reuniones con el diplomático, vimos que el interés por la investigación cultural no era tal y decidimos abandonar ese contacto, por una cuestión de... salud mental. Paralelamente Dionel Scariato (otro de los fundadores de Sobremaderas) había conocido al paraguayo, Telmo Carrillo, que vivió en Uruguay mucho tiempo y que se interesó por la idea nuestra de llegar hasta la comunidad negra de Kamba Cuá. Nos contacta con la periodista Celsa Pereyra, redactora de Diario ABC COLOR de Asunción quien estaba en ese momento en Montevideo (principios de 1995), mostrándose muy interesada en el proyecto Sobremaderas en general.

Luego de varios meses y sin lograr ningún tipo de apoyo en Montevideo para seguir con el "Proyecto Kamba Cuá", surge la posibilidad, a instancias de Celsa Pereyra desde Paraguay, de viajar a Asunción para participar en el Festival del Lago Ypacaraí. Pero de Kamba Kuá ni una palabra... Esto fue en los primeros días de setiembre de 1995 y el viaje estaba prácticamente arreglado para la primer semana de ese mismo mes. Entonces en cuestión de una semana, conformamos el elenco de 15 integrantes, el repertorio, coordinamos los ensayos y el quinto día de setiembre estábamos viajando hacia Asunción del Paraguay para participar en la Vigésimo tercera edición del Festival del Lago Ypacaraí.

Viaje normal, el día 6 estábamos en la terminal de Asunción donde nos esperaba Celsa con el transporte listo para ir al Hotel. El "Hotel" resultó ser un Destacamento Militar en el centro mismo de Asunción. Muy curioso... De hecho nos trataron magníficamente bien, teníamos a nuestra disposición el salón de actos para ensayar, nuestros dormitorios independientes, comida, desayuno, todo absolutamente impecable. El trato principal era entre un militar de alto rango y el "oficial a cargo" de Sobremaderas (un servidor...) obviamente. Pero lo hacían con un humor y un respeto que nos hicieron sentir muy pero muy cómodos los tres días que estuvimos en sus instalaciones.

Los dos primeros días (6 y 7) fueron de contactos de prensa, paseos y ensayos. La actuación en el Festival de Ypacaraí estaba planeada para el 8 de setiembre a las 21:00 hrs. Apenas instalados, con Aldo y Dionel, en la primera oportunidad que tuvimos, le expresamos a Celsa nuestra intención de ir a la Comunidad negra de Kamba Cuá lo antes que pudiéramos. No se mostró muy convencida de la idea argumentando que no había tiempo y demás...

Llega el día de la actuación en el Festival y a eso de las 6 de la tarde más o menos subíamos al ómnibus que nos llevaría hasta allí. Encaro a Celsa con la firme intención nuestra de ir a Kamba Cuá, pues quedaba de pasada para el Lago Ypacaraí (dicho por ella misma). Se muestra absolutamente contraria argumentando que "era muy peligroso", que era "un barrio pobre", "marginal", que nos iba a agarrar la noche allí y que no podía garantizar nuestra seguridad. Apoyado fundamentalmente por Aldo y Dionel, noto que los demás se mostraban reticentes y apoyaban más a Celsa que al trío gestor de este viaje... en fin...El objetivo perseguido por nosotros tres era clarísimo: ir a Kamba Cuá a toda costa... y lo del Festival era una cuestión "de tramite" comparado con la empresa original. En definitiva hacemos caso omiso de los "consejos" de Celsa y le digo firmemente que teníamos que ir a Kamba Cuá sí o sí y que no había otra posibilidad. Queda protestando y murmurando... pero acata.En el camino trata de convencernos de que "entráramos en razón" y encuentra eco en el chofer quien se anota con comentarios: "que es una locura", "que es peligroso", que "no hay ni una luz", etc. A esa altura del viaje, ya casi llegando, el trabajito fino de Celsa y el chofer hacían eco también en muchos de nuestros compañeros que me venían a hablar para que siguiéramos de largo hacia Ypacaraí. Los que más nos conocíamos (Ruben Colman, Gabriel Pujol, Mauro Rodríguez) no se plegaron al ambiente provocado por "Celsa y Cia." y guardaban silencio respetuoso  manteniendo la confianza hacia Aldo, Dionel y hacia mi sobretodo pues era el interlocutor con Celsa y el chofer. En determinado momento el ómnibus se desvía hacia la izquierda de la carretera y se adentra en la oscuridad, casi, más profunda. En ese sentido tenían razón, pero por suerte sólo en ese sentido...

De pronto para el ómnibus en el medio de la (ahora sí), noche más negra y el chofer dice que habíamos llegado a Kamba Cuá. Le pido que por favor deje las luces prendidas y digo en voz alta a todo el grupo que armemos la cuerda de tambores delante de la bañadera. Lógicamente Celsa gastó su último cartucho en tratar de convencerme de que "era una locura" por lo peligroso y que no se sabía lo que iba a pasar...En realidad nadie sabía lo que el destino y la suerte nos tenían preparado.
Armamos la cuerda, entonces, "madera" y a tocar caminando hacia el medio de la noche tipo "boca de lobo", iluminados solamente por las luces del ómnibus atrás nuestro.Habremos caminado, no se... diez metros... y la noche empezó a iluminarse esta vez con la luz de las ventanas y de las puertas que se iban abriendo "al paso de la comparsa". Inmediatamente y como si estuviéramos tocando en pleno barrio Palermo en Montevideo, los habitantes de Kamba Cuá, bailando Candombe, encabezaban los tambores, dirigidos por una pareja de mayores (muy mayores), con una alegría, una energía, que daba muestras de profundo agradecimiento hacia ese pequeño homenaje que con Aldo y Dionel habíamos soñado muchos meses atrás.Pantera (Ruben Colman) y Claudia Pirotto bailando adelante, Jorge Prieto, Aldo Garay y Germán Rosa, "escoltando" la "cuerda" . Recuerdo los ojos "acuosos" de Gabriel, los míos propios y la cara de orgullo, satisfacción y seguridad de estar "haciendo un poquito de historia". El toque era atronador, avasallante, el barrio entero supo de nuestro homenaje, sin duda. Aquellos mayores nos dirigieron hacia su Iglesia y allí fue el toque final y con más energía. Ronda de tambores y la danza en el medio. Aplausos, abrazos, agradecimientos, besos, sonrisas permanentes. ¿Quienes son?, ¿Adonde van?, ¿Se quedan? ¿Cuánto se pueden quedar?, ¿Vuelven?

El encuentro fue muy breve, pues nos fuimos enseguida ya que había que estar en hora en el Festival. Nos fuimos "volando" para llegar a la hora pactada de la actuación (21:00), sin saber y sin siquiera imaginarnos que actuaríamos a las 3:00 de la madrugada y que nuestro pasaje por el Festival del Lago Ypacaraí sería "otra historia" de las increíbles que sólo le pasan a Sobremaderas... Así es que nos subimos al ómnibus con rumbo al Festival, después de muchos saludos y abrazos, prometiendo volver algunos de nosotros al día siguiente. Luego los incidentes en Ypacaraí nos obligarían a querer irnos de Paraguay lo antes posible.

La salida de Kamba Cuá fue una especie de "comunión" en silencio de valoraciones y de esas cosas... Los "morenos" de Sobremaderas al tiempo que cantaban la clásica canción a San Baltasar acompañada por algunos tambores, me miraban con gestos de aprobación y "casi" de agradecimiento. Los ojos inundados en lagrimas de la mayoría de nosotros nos acompañaron hasta el Festival del Lago (que más tarde se encargaría de quitarnos toda la magia vivida aquella noche en la Comunidad Negra).

Ya en Montevideo, "me reporto" a mis viejos (como siempre lo hago a la vuelta de cada viaje) y les cuento esta anécdota. El viejo Aldo, emocionado hasta las lágrimas, orgulloso de lo que habíamos hecho me dice, como puede, que ese homenaje seguramente iba a trascender a nosotros más allá de nuestro tiempo y que ya había pasado a ser parte de la historia misma de Kamba Cuá. Ojalá viejo...Días después me entrega unos versos que había escrito. "Tradición" se llamaba el poema.

Mario Ipuche (nov-2005)
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TRADICIÓN
(dentro de cien años, en Kamba Cuá)

Mi abuelo me lo contaba
(se lo había oído a su abuelo)
la noche era negra, negra,
no había luces ni el en cielo...
El abuelo de mi abuelo
era un gurí como yo:
le alborotaba la sangre
cualquier toque de tambor.

Tambores del Uruguay
vienen tocando a llamada:
Tambores del Uruguay
manos negras, manos blancas...
Tambores del Uruguay
despertando las ventanas !
la tierra del padre Artigas
nos mandaba una llamada... !

"Fuimos abriendo ventanas
y puertas", decía el abuelo:
que cuando suena a llamada
hay que darle el gusto al cuerpo...
Mi abuelo me lo contaba
la noche era negra, negra
pero sonó aquel tambor
y la noche se hizo fiesta...
Mi abuelo me lo contaba,
fue una noche de leyenda...!

ALDO D. IPUCHE
(padre de Mario Ipuche)

Hola! Mi nombre es Nancy soy de la Comunidad de Kamba Cuá y Bailarina del Grupo Tradicional Kamba Cuá, me emocione bastante cuando vi las fotos de Uds., con nosotros en aquel año en donde vinieron a conocernos en nuestra comunidad, más todavía cuando vi a mi Abuelo Santiago y a mi Tía Agustina, estas personas son muy importantes para nosotros por ser las de más edad y por inculcarnos a mantener nuestra Tradición Kamba (Negra). Cada 6 de enero honramos a nuestro protector negro "SAN BALTAZAR", organizando una FIESTA KAMBA .
Sigan hermanos inculcando nuestra cultura afro. Saludos desde PARAGUAY

NANCY MEDINA - BALLET KAMBA CUÁ

(Correo electrónico enviado a Sobremaderas el 30 de diciembre de 2002)